Tus manos


Anoche te pensaba.


Te pensaba mucho.


Me hace tanta falta un abrazo...!


Un abrazo de verdad, de los que aprietan fuerte, y donde nuestros cuerpos son uno solo, uno contra el otro de tobillos a cabeza, no esos abrazos desabridos de cabeza, o donde solo hay palmaditas en los hombros...


Es difícil para mi vivir sin abrazos...


y no hay a quien abrazar de verdad ahora.


Y pensaba en tus manos.


No sé porqué, miro ahora muchas manos y orejas.


Y pensaba en tus manos.


Tus manos siempre me han gustado mucho.


Alguna vez les hice un escrito, al menos tan mediocre como este. Y las comparaba con un paisaje, con sus pequeñas colinas, sus suaves valles y los ríos de las venas...


Siempre me gustaron tus manos.


Tus manos me acariciaban el cabello, me quitaban la ropa y me daban de comer. 


Me arropaban en las siestas, tocaban música para mi y me sujetaban con fuerza para que no me cayera si tropezaba.


Tus manos me ayudaron a armar la biblioteca de mi cuarto y me limpiaron las lágrimas de furia cuando resultó más que obvio para mi orgullo que no sería capaz de hacerlo sola. Tu, serenamente, la armaste en minutos y disminuiste mi sensación de incompetencia.


Extraño tus manos y todo lo que hacían por mi, conmigo, para mí.


Te extraño, en realidad de la cabeza a los pies.


Desde tu cabello negro y rebelde hasta el meñique torcido de tu pie izquierdo.


Y no sé si te extraño, si extraño lo que sentía a tu lado...


o...


si solo extraño, como extrañaba Fermina Daza a Florentino Ariza.





"Tus Manos" - Poema de Pablo Neruda, recitado por Laura Canoura


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