Banquete


Amo muchas cosas de ti, por eso eres mi pareja, el dueño de mi corazón.


Y sería muy romántico aludir a tus virtudes, a tu ternura, a tus mimos y a tus gentilezas.


A lo que hay en tu alma que me tiene junto a ti.


Pero después de este fin de semana... solo puedo pensar en tu cuerpo.


Me hiciste una pregunta y era por qué disfruto tanto haciendo el amor contigo y te decía "es que tú, todo tú, eres bien comestible"


Afirmación que te causó un paroxismo de risa.


Sé que muchas de mis frases te parecen hiperbólicas y exageradas, pero esta no es una de las que digo solo por halagar tu vanidad, sino que es en serio. Es muy en serio.




Nyotaimori - Banquete sobre el cuerpo en femenino




Nyotaimori - Versión masculina 






Yo...


disfruto


cada una


de las partes 


de tu cuerpo.


Eres un Banquete





Básicamente porque soy una golosa, entonces, incluso a nivel gastronómico te disfruto.


Una de esas cosas que solo he encontrado en ti es que, como en El Perfume, donde no todas las personas huelen igual en todo su cuerpo, tu no sabes igual en todo el cuerpo, pero sin duda cualquier sitio donde pose mi nariz (mucho del sabor inicia en el ofato) o la lengua me sabrá delicioso.


Ante mi afirmación, como el monje Terrier, preguntaste "¿y a que te 'sepo'(sic)?


Para contestar esa pregunta, he decidido crear tu identi-kit personal de sabores, que vendría siendo más o menos así:



A muchos les parecerá que estoy siendo subjetiva, pero no.

En gastronomía no suelo equivocarme.

Tu cabello (así sea solo por el artificio del shampoo) huele a miel... a deliciosa miel, así que siempre que me lo permites te revuelvo el cabello para que ese dulce olor me haga pensar en ti.

Una de las cosas que me llama la atención de tu piel, es su sabor a vainilla. Pero no sabes a postre o helado, sino a vainilla amarga, un sabor que solo quien ha estudiado cocina conoce, pues es condimento infrecuente y muy difícil de conseguir. Es en el cuello donde más se nota, pero casi toda tu piel sabe a eso.

De todos los sabores que posees el más extraño es el olor a chocolate de tus pies. Y si. Hay pies inodoros y otros que huelen a queso o maizitos, pero los tuyos... Y no es que ande oliendo patas en todas partes, pero el olor a chocolate (este si dulce... es como huele la zona industrial de la ciudad) es notable.

El centro de tu cuerpo es una rara mezcla de olor cítrico y pan recién horneado. Ojo, que no cualquier pan, sino esas mogollas campesinas grandes y sabrosas que acá en la ciudad no se ven sino por encargo... Y el cítrico es una mezcla de gulupa y maracuyá (a que se debe el cambio del sabor, eso sí que no lo sé...).

Y por eso es que disfruto tanto los fines de semana largos, a tu lado....

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